Según una consistente batería de estudios realizados por la OCDE y el Gobierno de Chile, para el 2050, el 43% de los chilenos serán parte de la tercera edad. Para una proporción de esta magnitud en la pirámide etaria, se esperan desafíos sin precedentes en ingeniería social, que no tiene solución inmediata ni evidente en ninguna sociedad actual. Hoy, en Chile viven casi 4 millones de ancianos, que muchas veces terminan sus días sufriendo precariedades de todo tipo.
Nuestra comunidad de funcionarios del liceo, asistió el pasado miércoles 14 al hogar al Hogar Santísima Trinidad, perteneciente a la fundación Las Rosas, con el propósito de palear en alguna medida los síntomas de una enfermedad que es más común en este sector de la población que la diabetes y la alta presión arterial: la soledad.
En términos concretos, los familiares que visitan a estos abuelos y padres son lamentablemente una minoría, realidad que ensombrece el destino de todos los que aún no llegamos a esa etapa.
En este sentido, por medio de la gestión de Cynthia Araya y su equipo de Pastoral, comprendimos una vez más como institución que no hay excusas a la hora de ayudar a aquellos que realmente lo necesitan, ya que muchas veces no se trata de dinero, sino más bien de tiempo, de escuchar, de validar y visibilizar.
Con cuecas y boleros liderados por el talentoso profesor y músico nacional Diego Cabello, los ancianos tuvieron la oportunidad de reírse, bailar y cantar unos breves momentos que les sacaron de la rutina, mientras el resto de los funcionarios encontraba una agradecida conversación en estas mesas formadas por hombres y mujeres que pasaron sus vidas luchando a brazo partido por lo que creían y por la gente que amaban, la misma gente que por distintos motivos no puede cuidarlos hoy. La misma gente que no puede visitarlos. La misma, que estará en esta misma situación en 20, 30, o 40 años más.