Frente a la necesidad de mantener un establecimiento inclusivo, la Institución Switt, que desde hace ya algún tiempo ha estado aceptando a algunos niños hipoacúsicos en su jardín infantil, se ha visto en la necesidad de capacitar a su personal en lenguaje de señas para poder hacer frente a esta creciente realidad.
Sucede que al momento de plantearse la institución este desafío, dos estudiantes egresadas de la carrera de párvulo de nuestro liceo, se encontraban completando su proceso de práctica en este jardín. Se trata de Dámaris Lorca y Claudia Ortiz: dos estudiantes sordas cuya historia de vida las ha llevado a preocuparse de la integración del hermético mundo de las personas sordas, con el poco consciente mundo de los oyentes.
Ambas jóvenes se han tomado con profesionalismo y entusiasmo la tarea asignada, y esperan contribuir a formar un Chile en el que las personas sordas puedan interactuar con el resto de la sociedad a través de espacios comunes generados desde la educación de nuestros niños.