Pospuesta por la pandemia, 4 estudiantes y 2 ex estudiantes compartieron con algunos miembros de su familia y de nuestro liceo, sacramentos que simbolizan su madurez espiritual y el cierre de un extendido proceso de catequesis.
El vínculo que nuestro establecimiento propicia entre las jóvenes y Dios, trasciende las obligaciones académicas de su permanencia como alumnas del liceo. Prueba de esto son las ex alumnas Estephania Muñoz y Andrea Fuente, egresadas el pasado año de la especialidad de Enfermería, que junto con la alumna actual Fernanda Nauto, culminaron 2 años y medio de catequesis, volviendo a nacer en Cristo a través del Bautismo.
Un similar proceso extendido en el tiempo vivieron las alumnas Katherine Antil, Camila Rojas y Martina Lagos que avanzaron sacramentalmente hacia su primera Eucaristía, proceso conocido popularmente como Primera Comunión, que marca una nueva etapa en su relación con Dios.
La ceremonia, con celoso control de la normativa sanitaria vigente correspondiente a la fase en la que nos encontramos, fue organizada y llevada a cabo por el Departamento de Pastoral de nuestro establecimiento liderado por Cynthia Araya, y presidida por nuestro capellán, el Padre Carlos Alarcón, quien impregnó de su sello de sencillez y cercanía, un ambiente colmado de emociones.
FORMANDO LÍDERES CRISTIANAS TRANSFORMADORAS
Especial mención merece el trabajo realizado por la docente Alicia Montecinos, profesora de religión y catequista a cargo del proceso educativo y espiritual que estas estudiantes vivieron por más de 2 años y un número de horas difícil de cuantificar, un compromiso que involucró tiempos personales que estas jóvenes podrían haber usado en cualquier otra actividad, pero que eligieron dedicar a Cristo, en una compromiso cultivado e inspirado por esta incansable docente que ejerce además, como profesora de religión en nuestro liceo.